APENDICES

lunes, 11 de diciembre de 2017

ONYGENA EQUINA (Willd.) Pers.

Onygena equina (Willd.) Pers.
Sinonimia Lycoperdon equinum
Reino Fungi
División Ascomycota
Subfilum Pezizomycotina
Clase Eurotiomycetes
Subclase Eurotiomycetidae
Orden Onygenales
Familia Onygenaceae
Género Onygena

Onygena equina es un pequeño hongo especializado en desarrollarse sobre restos óseos, alimentandose de la queratina.

DESCRIPCIÓN

Sombrero: Pequeños carpoforos blancos a crema inicialmente, volviendose marrones con la edad, con forma de esfera ligeramente aplanada de hasta 4 milímetros. La piel o peridio de la cabeza es lisa,  polvorienta o como una costra blanca rugosa de las clamidosporas (esporas asexuales) que se forman en la cabeza, con el tiempo se forman segmentos que se abren y caen en la madurez.

Himenio: El peridio se rompe  en trozos irregulares y deja al descubierto las esporas en polvo de color marrón rojizo pálido. Inicialmente la gleba es blanquecina y consistente.

Pie: Este es grueso, en general corto, cilíndrico, con la superficie lisa o ligeramente rugosa o verrugosa,  de hasta 6 milímetros de largo y 2 milímetros de grosor, concolor con el sombrero.

Organoleptia: Olor y sabor no destacables.

Microscopia: Ascas octospóricas, casi esféricas, inamiloides, de 14-22 x 12-14 μm, con esporas ampliamente elipsoidales, lisas, de color marrón claro, de 8-9 x 4.5-5.5 μm, con una o dos gotas de aceite.
Clamidosporas elipsoidales a esféricas, lisas, con una o varias gotas pequeñas, incoloras, de 6-12 x 5,5-8 μm.

Ecología: Crece en la putrefacción de restos óseos y puede digerir la queratina en esos sustratos, aunque su epíteto específico "equina" es la palabra latina para caballo, esta especie se puede encontrar en caballos, generalmente en sus cascos, pero también en las cornamentas y pezuñas de ganado  bovino. Más rara sobre otros restos animales.
No es una especie frecuente,  por muchos restos óseos que uno revise se ha de contar con la "suerte". No sólo su peculiar sustrato añade dificultad para ser encontrada, y aunque sus esporas maduras pueden germinar después de un largo período de letargo, William Broadhurst Brierley que estudió la germinación de las esporas de esta especie en el año 1910, correlaciona el grosor y el color de la pared de la espora y un pretratamiento con ácidos gástricos con su germinación. Sus observaciones confirmaron y extendieron las que también había publicado Harry Marshall Ward, y tomados ambos estudios en conjunto, los resultados indican que las esporas necesitan pasar a través del tracto digestivo para ser viables. Carece de valor culinario.

Nota de interés: El botánico británico Harry Marshall Ward pudo cultivar el hongo y describió su ciclo de vida en una publicación de 1899. Él determinó que el polvo blanco de los carpóforos eran clamidosporas, que se forman en los extremos de hifas erectas. A medida que los carpóforos maduran, las hifas que contienen las clamidosporas se fusionan y forman el peridio. Esto es seguido por cambios adicionales en las hifas internas, que forman filamentos parecidos a garras que penetran en los espacios internos y las cavidades de los carpóforos, estas hifas con forma de garra forman ascas, que desaparecen a medida que las esporas maduran, dejando las esporas sueltas en la gleba.

Posibles confusiones: Su congénere Onygena corvina es similar, pero prefiere los restos de pequeños mamíferos en egagrópilas de aves rapaces, en plumas viejas o en mechones de pelo de animales. Fuera de su genero por el sustrato la confusion es dificil, como es el caso de Phleogena faginea,  que crece sobre madera.









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